Iglesia Adventista del Septimo Dia
Los Diez Mandamientos fueron escritos por Dios en dos tablas de piedra y luego entregados a Moisés en el Monte Sinaí. El registro de los Diez Mandamientos se encuentra en la Biblia, tanto en Éxodo 20:2-17 como en Deuteronomio 5:6-21.
La ley de Dios contiene diez mandamientos.
"Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre..." (Éxodo 20:1-17).
¿Cuál es el principio básico de la ley de Dios?
"El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor" (Romanos 13:10).
¿Cuál es el propósito de la ley?
"Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado" (Romanos 3:20).
¿Somos salvos por guardar la ley?
"¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley" (Romanos 3:27-31).
Por medio de Jesús, nuestra relación con la ley de Dios queda aclarada.
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:17-18).
¿Podemos conocer a Dios sin guardar sus mandamientos?
"El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, él tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo" (1 Juan 2:4-6).